lunes, 11 de agosto de 2008

Pozo profundo

Otro día mas, sueños perdidos, sensaciones ahogadas en el interior, otra copa vacía, pero no importa llega otra cargada del mismo alcohol, es la sensación que tienes cuando estas hundido, cuando esta te corroe, te come, te aborrece, pero no puedes hacer nada, es como un cancer, una enfermedad terminal te mata poco a poco y te dejas llevar.

Solo queda luchar por levantarte, por seguir adelante, por estar de nuevo a la mañana siguiente sobre la delgada linea, que delimita el hoy estaré bien con el he vuelto a dejarme caer, pero es tan delgada, tan fina, tan invisible en algunos puntos, que no sabes hacia que lado caminas en realidad, parece que vas correctamente pero no te descuides o de nuevo caerás.

Es un sentimiento parecido al estar en una guerra, y sientes el disparo, notas como la sangre brota, emana de tu cuerpo, tienes rabia, odio, pero en el fondo te reconforta, en un segundo plano, puesto que ya te has librado de matar, de luchar de hacer sufrir al resto del mundo.

Para quien no lo sepa estoy hablando de un hundimiento, como el titanic pero de tristeza, de desilusión, de infelicidad, tienes que rehacerte, regenerarte, volver a sentirte tu mismo, sin apoyarte en nadie, sin molestar a los demás, tu solo, el pozo y las paredes por las que poco a poco debes subir, que resbalaras, caerás unos pocos metros subidos, pero se supone que debes subir igual. El problema viene cuando ya no sabes si tienes fuerzas para subir, cuando el mar de dudas lo tienes dentro, tan cerca que te atraviesa cual acero brillante de una espada.

Con esto no digo que haya tirado la toalla, no lo he hecho y espero no hacerlo, pero es la vez que mas me cuesta, que mas me duele. y que mas me entra la duda, pero después de una gran tempestad viene la calma, hay días que caes pero otros subes como el vuelo de un murciélago, yo me mantengo a centímetros del fondo por si me caigo de nuevo, que sea pequeña para no hundirme mas, tendré que empezar la escalada pero realmente ahora mismo prefiero solo sujetarme al muro y esperar.

miércoles, 6 de agosto de 2008

caida al vacio

De nuevo, a caído sobre mi todo, se ha llenado de oscuridad, todo ha pasado a una dimensión diferente, como si el mundo estuviera bajo mis pies, como si yo paseara por él siendo un ente, un holograma que nadie ve, no se puede tocar ni acariciar pero se siente su presencia.

Desfallecido como un general derrotado en la batalla, aun sabiendo que ha tenido las mejores tropas luchando a su alrededor, conocedor de su valentía, poder y de su entrega, puesto que aun viendo, como sus compañeros, heridos, muertos, desangrados, caían delante suyo, siguieron luchando, hasta derramar la ultima gota de sangre y de fuerza conocedores que la batalla estaba perdida.

Como un líder rendido y entregado a su enemigo por la única ilusión de ver a sus hombres, caminando, volviendo, e ilusionados porque en su casa les esperan, porque allí alguien habrá o se encontrarán, mientras sabedor de su fin, se quedara en un mar de hielo, se helará su corazón frió como el polo norte, ya no habrá sentimientos.

Todo se hunde como el animal que pisa el lodo, y desparece lentamente y lo intentaran ayudar pero ya no tiene fuerzas y ve como poco a poco la ultima esperanza de luz se difumina, su ultima oportunidad se marcho casi tan rápido como vino, como la agarro para en un momento de duda, confusión, y al dejarla marchar no regresara más.

Tan solitario como la luna que sale cada noche y nadie la acompaña, esta sola, triste y martirizada, a observar desde el cielo sin poder hablar, sin poder decir, sin expresar, pues no hay nada que expresar esta muerta de necesidad sentimental pues ya nada tiene sentido mas que pase el tiempo y termino rápido todo ya.

Igual al fuego que consigue que arda su alrededor, lo hace desaparecer, para después el mismo ahogarse en su pena, pues no le queda nada de aire para respirar, es una muerte anunciada, una muerte sabida, conocida, cae poco a poco y sin ayuda de salvación.